Acontecimientos cercanos me han hecho detenerme a pensar, dónde va a para la fiebre de la perfección física, ya no buscamos un bienestar para el cuerpo si no que deseamos ser perfectos, y es que no muy lejano es el hecho ya que en un libro que leyó mi hija, el autor planteaba que en un futuro los adolescentes al llegar a cierta edad se les practicaba una operación estética que cambiaba los rasgos de todo su cuerpo por completo, la realidad es muy cercana, incluso me atrevería a decir que casi supera a la ficción, porque el valor prioritario que el físico tiene hoy en día es innegable. Vale que "estar bien es sentirse bien" pero valores fundamentales en la persona y sus cualidades interiores han pasado a un segundo plano, olvidándonos de buscar dentro.
Y es que lo físico pasa y pese a todos los avances tecnológicos la vejez llega y no importa cuánto tiempo y dinero invirtamos en detenerla; llegará sin más y sin ser invitada.
Deberíamos preocuparnos más en lo que hay por dentro que es lo perdurará a través del tiempo, ya que somos más que una imagen.
"Si te observas honestamente, verás cosas que te gustan y cosas que no. Tener autoestima no es sólo tener cosas buenas, sino poder aceptar las que no te gustan tanto."