Quien nunca ha tenido un animal de compañía no sabe el cariño verdadero que despiertan estos animalitos en nuestros corazones, ver todas esas muestras sinceras de fidelidad, felicidad y gratitud hacia sus amos, por el simple hecho de darles alimento, cariño y paseos (si son necesarios dependiendo del animal). Hacen que quien los posea llegue ha sentirse afortunado de tenerles y a estrechar un vinculo tan bonito que casi podría decirse que mascota y dueño se entienden sin palabras. Pero aquellas personas que jamás han tenido una mascota y que además no profesan cariño por los animales, tienen sus corazones cerrados a este mundo mágico en donde el amor sincero es el hilo que lo mueve todo.
Aunque me gustan mucho los animales, también me gusta mucho las ciudades limpias; así que siempre cumplo con mi deber ciudadano de regoger lo que mi perro hace. Pero también sé que muchos están hartos de encontrarse con huellas de este paso animal por las ciudades. (no estoy aquí para ofrecer soluciones, eso ya esta establecido) El hecho es que el otro día regresaba a casa después del paseo matinal de mi perro, cuando un vecino de mi barrio se encontró con la tonta del bote, osea conmigo. Y se fue empeñando en decirme que porque dejaba que el perro se meara allí (en la esquina de una pared). Yo, educada traté de explicarle que se trataba de una reacción normal del animal, es decir, ya otro perro la había hecho y él al olerlo repetía el proceso para marcar territorio, éste es un hecho que a los dueños se nos escapa de las manos y a mi parecer una gota de pipí en la pared tampoco hace daño. En fin que intenté razonar con el hombre y de este modo lo que conseguí es que subiera su tono y me abriera los ojos, confieso que tuve deseos de soltarle un par de groserías a la cara pero en lugar de eso le regalé una sonrisa y le dije: señor, no voy a discutir con usted, que tenga un buen día. Al hombre esto le molestó mucho más y se fue vociferando que los perros eran guarros y no sé cuántas cosas más, pero yo seguí con esa sonrisa y el paseo terminó en paz.
Vivir en comunidad es de las cosas más difíciles que existen y si sumamos a esto toda las diferencias sociales, raciales y filosóficas, saldrá un cóctel bastante explosivo. Tratar de cumplir las normas y de que tu burbuja personal se pasee por las calles sin afectar a nadie y sin que nadie te afecte creo es la apuesta más racional que se puede intentar.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
acéptate
(1)
alma
(1)
palabras
(2)
paz
(1)
pequeñas cosas
(1)
reconocemos vuestra labor
(1)
Reflexiones
(1)
vida
(1)