Palabras al viento como hojas secas en otoño, lanzadas siempre sin precaución ni cuidado.
Una herramienta poderosa que siquiera es percibida, a través de ella halagamos, amamos, odiamos y censuramos.
Tal como nuestro pensamiento debería expresarse nuestra boca, y más aún deberíamos con nuestras palabras profetizar elementos positivos en nuestras vidas.
Hagamos de nuestros pensamientos y nuestras palabras una bomba explosiva que genere buenas energías para nuestras vidas y la de los demás. seguro que no es facil, pero intentarlo pude valer la pena si el resultado fuese bueno.